miércoles, 30 de diciembre de 2009

Feliz 2010


Estos días mi amigo Guillem Vallejo, fundador y alma nutricia del proyecto solidario Poesia en Acció, me ha enviado un poema suyo como felicitación del Año Nuevo.

No me resisto a transcribirlo y compartirlo con vosotros. Además, lo aprovecho también para desearos un muy feliz año 2010. ¡Y muchos otros que nos quedan! ¡Con salud y amor!

Ahora que llueve y el tiempo
habla con el lenguaje del agua.
Ahora que rebosa
la luz en los recuerdos,
en las manos y en las mesas.
Ahora que todo
sabe a anhelo y a distancia.
Ahora que caen las letras
de nubes de propósitos
al seguro corazón de las palabras.
Ahora que vamos
a estrenar días,
a seguir el crepitar de los relojes,
a decir SÍ a lo que hay
que decir SÍ,
a escribir con piel y paz
un mundo por fin sin ignominia.
Ahora que escribo amigo
y me viene directo
tu nombre al corazón
y te miro y aún
me tiembla la mirada.
Ahora que digo pasión
y veo entera la forma de la vida.
Ahora que digo amiga
y sobra todo lo demás.
Ahora que eres, que somos,
que decidimos SER
sin mentiras.

Guillem Vallejo

Enlaces de interés:

lunes, 21 de diciembre de 2009

Ladrón de sábado


Fruto de su trabajo como director del taller de guión de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños (Cuba), el escritor colombiano y Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez publicó  una obrita en verdad curiosa titulada "Cómo se cuenta un  cuento". El libro es en realidad una creación colectiva cuyo objetivo era mostrar cómo funcionaba aquel taller y explicar cómo se construye un guión de cine a partir de un argumento inicial.

El relato que abre el libro fue una historia propuesta por la tallerista Consuelo Garrido con el título de "Ladrón de noche" que, una vez analizada y comentada por el grupo, se fue modificando y reescribiendo hasta dejarla en su versión definitiva como "Ladrón de sábado". Con ese título de Ladrón de sábado se rodó una película para televisión en 1990, dirigida por José Luis García Agraz.

El cuento es éste:

LADRÓN DE SÁBADO

Hugo, un ladrón que sólo roba los fines de semana, entra en una casa un sábado por la noche. Ana, la dueña, una treintañera guapa e insomne empedernida, lo descubre in fraganti. Amenazada con la pistola, la mujer le entrega todas las joyas y cosas de valor, y le pide que no se acerque a Pauli, su niña de tres años. Sin embargo, la niña lo ve, y él la conquista con algunos trucos de magia. Hugo piensa: «¿Por qué irse tan pronto, si se está tan bien aquí?» Podría quedarse todo el fin de semana y gozar plenamente la situación, pues el marido -lo sabe porque los ha espiado- no regresa de su viaje de negocios hasta el domingo en la noche. El ladrón no lo piensa mucho: se pone los pantalones del señor de la casa y le pide a Ana que cocine para él, que saque el vino de la cava y que ponga algo de música para cenar, porque sin música no puede vivir.

A Ana, preocupada por Pauli, mientras prepara la cena se le ocurre algo para sacar al tipo de su casa. Pero no puede hacer gran cosa porque Hugo cortó los cables del teléfono, la casa está muy alejada, es de noche y nadie va a llegar. Ana decide poner una pastilla para dormir en la copa de Hugo. Durante la cena, el ladrón, que entre semana es velador de un banco, descubre que Ana es la conductora de su programa favorito de radio, el programa de música popular que oye todas las noches, sin falta. Hugo es su gran admirador y. mientras escuchan al gran Benny cantando "Cómo fue" en un casete, hablan sobre música y músicos. Ana se arrepiente de dormirlo pues Hugo se comporta tranquilamente y no tiene intenciones de lastimarla ni violentarla, pero ya es tarde porque el somnífero ya está en la copa y el ladrón la bebe toda muy contento. Sin embargo, ha habido una equivocación, y quien ha tomado la copa con la pastilla es ella. Ana se queda dormida en un dos por tres.


A la mañana siguiente Ana despierta completamente vestida y muy bien tapada con una cobija, en su recámara. En el jardín, Hugo y Pauli juegan, ya que han terminado de hacer el desayuno. Ana se sorprende de lo bien que se llevan. Además, le encanta cómo cocina ese ladrón que, a fin de cuentas, es bastante atractivo. Ana empieza a sentir una extraña felicidad.

En esos momentos una amiga pasa para invitarla a correr. Hugo se pone nervioso pero Ana inventa que la niña está enferma y la despide de inmediato. Así los tres se quedan juntitos en casa a disfrutar del domingo. Hugo repara las ventanas y el teléfono que descompuso la noche anterior, mientras silba. Ana se entera de que él baila muy bien el danzón, baile que a ella le encanta pero que nunca puede practicar con nadie. Él le propone que bailen una pieza y se acoplan de tal manera que bailan hasta ya entrada la tarde. Pauli los observa, aplaude y, finalmente se queda dormida. Rendidos, terminan tirados en un sillón de la sala.

Para entonces ya se les fue el santo al cielo, pues es hora de que el marido regrese. Aunque Ana se resiste, Hugo le devuelve casi todo lo que había robado, le da algunos consejos para que no se metan en su casa los ladrones, y se despide de las dos mujeres con no poca tristeza. Ana lo mira alejarse. Hugo está por desaparecer y ella lo llama a voces. Cuando regresa le dice, mirándole muy fijo a los ojos, que el próximo fin de semana su esposo va a volver a salir de viaje. El ladrón de sábado se va feliz, bailando por las calles del barrio, mientras anochece.

Gabriel García Márquez (Cómo se cuenta un cuento, 1995)

La propuesta didáctica que os hago en este caso es doble: por un lado, señalar y explicar el sentido de las expresiones  típicas del castellano de América que encuentras en el texto; y por el otro, continuarlo en forma de un relato que cuente qué pasó el fin de semana siguiente y que incluya fragmentos narrativos, descriptivos y dialogados.

Otra posibilidad sería desarrollar dramáticamente la historia al modo que propone Héctor Monteagudo en su  blog Aguja de marear. Podéis leerlo en la entrada Ladrón de sábado: del papel a las tablas.

También, si a alguien le apetece, se puede escuchar la interesante versión para Radioteatro realizada por alumnos de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Martín de Porres (Perú) y accesible en el portal Radiodialnet.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Rimas de Bécquer



Una buena manera de iniciarse en la poesía es a través de las Rimas (1871) de Gustavo Adolfo Bécquer, un libro que publicaron sus amigos póstumamentente y en el que se recoge la totalidad de la escasa pero intensa y bellísima producción del poeta sevillano.

Sus versos no han dejado de tener vigencia, aunque a menudo se vean teñidos de un sentimentalismo que les perjudica y les hace parecer cursis o ñoños, más de lo que realmente son.  Y es que a menudo cuesta captar su profundidad y su valor estético, ya que la brillantez y la sonoridad de las rimas ocultan lo que Bécquer entendió como su ideal poético: la brevedad, la medida justa y la expresión seca y directa.

Un buen aperitivo para la lectura de Bécquer nos lo proporciona el LIM (Libro Interactivo Multimedia) preparado por el profesor Manuel Guerrero y publicado en blog colaborativo El Tinglado  y en su blog particular, titulado precisamente El blog del profesor de Lengua. Desde aquí os invito a visitarlo y a disfrutar de él porque es muy bueno: Ocho rimas de Bécquer (entrada en el blog).

Para iniciar directamente el LIM, clica en la imagen


sábado, 19 de diciembre de 2009

Poemas de amor (Mario Benedetti)

Y siguiendo con el escritor uruguayo Mario Benedetti (1920-2009), en el próximo vídeo puedes escuchar tres poemas suyos recitados por el autor e ilustrados con bonitas imágenes. En la parte final, además, aparecen los títulos de todos sus libros editados por Anagrama junto a algunas citas entresacadas de ellos.



Los tres poemas pueden escucharse también en la página de poesía iberoamericana Palabra virtual. Para oírlos y poder leerlos al tiempo, basta con clicar en los enlaces de cada título: No te salves, Táctica y estrategia, y  Hagamos un trato.

Además, los dos primeros aparecen insertos en la trama de una hermosa película deirigida por el argentino Eliseo Subiela y titulada El lado oscuro del corazón (1992). Aquí os dejo la escena del burdel en la que los protagonistas se conocen y se enamoran diciéndose precisamente versos de Táctica y estrategia. Una belleza.

 

lunes, 14 de diciembre de 2009

Dactilógrafo, de Mario Benedetti

Mientras escribe una carta comercial, un oficinista recuerda con nostalgia su ciudad natal, la ciudad verde y con tranvías que fue Montevideo (Uruguay) en una época definitivamente terminada. En el poema, el pasado se carga de sentimiento por comparación con el presente: con su vida gris y vacía de adulto, encadenado a la mesa de un despacho que destila sensación de fracaso y frustración.



Cuando era pequeño, tenía toda la vida por estrenar, todo era un buen motivo para jugar y explorar, todo invitaba a ser libre y a ser feliz. Hoy, aquel Montevideo verde y con tranvías ya es irrecuperable y sólo le sirve para evadirse de la la triste realidad. Mientras teclea en la vieja máquina, piensa en los días y noches de entonces: los libros, la madre, los miedos nocturnos...

Así, de forma muy brillante, mezclando hábilmente dos discursos y dos planos muy distintos (presente/ pasado, carta/ recuerdo, lenguaje formal/ lenguaje coloquial, color/ blanco y negro), el poeta construye un juego textual que es a la vez un viaje al pasado feliz de un niño lector y curioso, y un compromiso firme con la propia historia de Montevideo, esa ciudad que se fue y que se añora, ese lugar misterioso y afable, lleno de encanto y de belleza, del que sólo quedan restos como de un naufragio.

El vídeo, fragmento de un documental sobre el poeta Mario Benedetti y su obra, nos ofrece imágenes de su ciudad en dos épocas diferentes: la de los tranvías de los años 30 y la de los vulgares autobuses de  la década de los 50 y de hoy.

Dactilógrafo

Montevideo quince de noviembre
de mil novecientos cincuenta y cinco
Montevideo era verde en mi infancia
absolutamente verde y con tranvías
muy señor nuestro por la presente
yo tuve un libro del que podía leer
veinticinco centímetros por noche
y después del libro la noche se espesaba
y yo quería pensar en cómo sería eso
de no ser de caer como piedra en un pozo
comunicamos a usted que en esta fecha
hemos efectuado por su cuenta
quién era ah sí mi madre se acercaba
y prendía la luz y no te asustes
y después la apagaba antes que me durmiera
el pago de trescientos doce pesos
a la firma Menéndez & Solari
y sólo veía sombras como caballos
y elefantes y monstruos casi hombres
y sin embargo aquello era mejor
que pensarme sin la savia del miedo
desaparecido como se acostumbra
en un todo de acuerdo con sus órdenes
de fecha siete del corriente
era tan diferente era verde
absolutamente verde y con tranvías
y qué optimismo tener la ventanilla
sentirse dueño de la calle que baja
jugar con los números de las puertas cerradas
y apostar consigo mismo en términos severos
rogámosle acusar recibo lo antes posible
si terminaba en cuatro o trece o diecisiete
era que iba a reír o a perder o a morirme
de esta comunicación a fin de que podamos
y hacerme tan sólo una trampa por cuadra
registrarlo en su cuenta corriente
absolutamente verde y con tranvías
y el Prado con caminos de hojas secas
y el olor a eucaliptus y a temprano
saludamos a usted atentamente
y desde allí los años y quién sabe

Mario Benedetti: Poemas de la Oficina, 1956.

La instancia

Como cualquier otro texto formal, la instancia, que es uno de los más comunes, tiene una estructura fija que, con ligeras variaciones hay que mantener: Datos personales + Expone + Solicita + Fecha y firma. El resto, el contenido específico, lo tiene que poner cada uno en su escrito; eso sí, utilizando un registro formal, ofreciendo un trato respetuoso y distante, y buscando la objetividad, como corresponde a los textos que se dirigen al jefe o al responsable de una sección específica de la Administración.

Lo que hace Serrat con la fórmula de la instancia es, en cambio, arte poético y musical, porque carga el mensaje de subjetividad, de coloquialismos y metáforas. En su canción, nos lanza un mensaje directo a la conciencia y nos da un toque de atención (a ver quién se siente aludido), sobre quién y cómo tiene que resolver los problemas de este país/ continente/ planeta. En el vídeo adjunto, os dejo la música y la letra.  A mí me parece que está de plena actualidad, y eso que la canción ya tiene unos años: pertenece al álbum En tránsito, de 1981.


A QUIEN CORRESPONDA

Un servidor,
Joan Manuel Serrat,
casado, mayor de edad,
vecino de Camprodon, Girona,
hijo de Ángeles y de Josep,
de profesión cantautor
y natural de Barcelona,
según obra
en el Registro Civil,
hoy, lunes, 20 de abril
de 1981,
con las fuerzas de que dispone,
atentamente

EXPONE dos puntos

Que las manzanas no huelen,
que nadie conoce al vecino,
que a los viejos se les aparta
después de habernos servido bien.
Que el mar está agonizando,
que no hay quien confíe en su hermano,
que la tierra cayó en manos
de unos locos con carnet.
Que el mundo es de peaje y experimental,
que todo es desechable y provisional.
Que no nos salen las cuentas,
que las reformas nunca se acaban,
que llegamos siempre tarde
donde nunca pasa nada.

Por eso
y muchas deficiencias más
que en un anexo se especifican,
sin que sirva de precedente,
respetuosamente

SUPLICA

Se sirva tomar medidas
y llamar al orden a esos chapuceros
que lo dejan todo perdido
en nombre del personal.
Pero hágalo urgentemente
para que no sean necesarios
más héroes ni más milagros
para adecentar el local.
No hay otro tiempo que el que nos ha “tocao”;
acláreles quién manda y quién es el “mandao”.
Y si no estuviera en su mano
poner coto a tales desmanes,
mándeles copiar cien veces:
“Esas cosas no se hacen”.

Gracia que
espera merecer
del recto proceder
de quien no suele llamarse a engaño,
a quien Dios guarde muchos años.

AMÉN.

(Joan Manuel Serrat: En tránsito, 1981)

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Jergas del Perú

Sin entrar en las jergas específicas de cada grupo social más o menos marginado, también se puede hablar de una jerga, una jerigonza, un argot, o un "slang" como dicen los ingleses, más o menos característico de cada país. Sería aquel modo de hablar metafórico y divertido, irónico y desenfadado, que roza lo vulgar y que se reserva para situaciones de máxima confianza. Se emplea siempre en la intimidad y entre iguales (amigos, compañeros de fatigas, colegas de profesión) y para aludir a cosas prohibidas o malsonantes de las que no se suele hablar en público, especialmente todo aquello que es tabú social y se quiere mantener en secreto.

En el caso del Perú, aquí os presento dos vídeos en que se comenta el valor y la función de esta manera de hablar y se dan algunos ejemplos ilustrativos. Si más no, los dos son curiosos. El primero corresponde a un programa de la televisión peruana llamado TRES G.


El segundo es una charla con Agustín Panizo, un lingüista de Lima que, de modo muy distendido y coloquial, explica la jerga como la manera de entrar en el juego social que cada situación, grupo o ambiente te demanda. Según él, por lo tanto, dominar las jergas es sinónimo de tener éxito en diversas circunstancias y contextos. Para mí, no le falta razón. El que sabe hablar "en plata", de manera similar o incluso idéntica a como lo hacen sus interlocutores, es aceptado en el grupo y está cerca de ganarse su aprecio. Míralo aquí:


Otro asunto ya más discutible es si el cambio lingüístico en función del contexto se produce más de abajo a arriba o en sentido contrario, de arriba a abajo. Es decir, si hay más imitación del prestigio de los sectores "cultos" en los estratos más bajos de la sociedad, o al revés, si entre los grupos cultivadas es cada día más frecuente e incluso inevitable usar jergas en lugar de la variedad estándar a causa de la gran fuerza expresiva, la originalidad y el humor que caracteriza a estas formas de hablar.

A vosotros, ¿qué os parece? ¿Sirve de algo conocer diversas jergas de un idioma? ¿O es mucho más importante manejar diversos idiomas? De hecho, con lo variadas y cambiantes que son por naturaleza las jergas, ¿se pueden dominar de verdad varias de ellas?

Fuente del vídeo 2: La habitación de Henry Spencer.